Por mucho tiempo me sentí infeliz.
Me miraba al espejo y no me gustaba el
reflejo que veía, me sentía inconforme, vacía y enojada por haberme
resignado a vivir así. No era un buen tiempo y no sabía cómo salir, no sabía
que quería, ni a donde quería ir.
Un día de pronto entendí que
nunca podría ser feliz, si seguía aferrándome a la idea de cumplir con las
expectativas que otras personas tenían sobre mi, desviviéndome por no ser
juzgada, por ser aceptada, por cumplir lo que todos esperaban de mí, incluso
cuando esto no me gustara, incluso cuando esto no me hacia feliz. Me conforme con amistades falsas, con amores a
medias y perdone ofensas que en el fondo fuertemente me dañaban.
Y ese mismo día me prometí que
nunca más volvería a vivir así, aferrándome a los dolores de
pasado, a eso que tanto me hacía sufrir; decidí dejar de auto criticarme, de
juzgarme, decidí que era momento de aceptarme tal cual soy, así imperfecta,
distraída, con miedos que tantas veces me dominan, decidí que es momento
de quererme, de amarme, de atreverme a ser feliz; pero feliz por mí, sin
presiones, ni imposiciones, dispuesta a dar lo mejor de mí con el fin único de
superarme, con el fin único de enamorarme de mi.
Entendí que para poder avanzar,
es necesario perdonar, cerrar ciclos que nos anclan, que nos impiden prosperar.
Decidí hacer una limpieza de emociones, alejarme de personas toxicas que me
hacían mal, decidí comenzar de cero, convertirme en una mujer nueva, de esas
que no tienen miedo, que se aferran con fuerza a sus sueños, a sus ideas, y al
fin pude liberarme del que dirán
Y es que debemos entender que el
peor de los verdugos, somos casi siempre nosotros mismos, pues nos convertimos
en los más crueles críticos; nos negamos a aceptar nuestros talentos,
nuestras múltiples capacidades.
Así que decidí reiniciar mi
mente.
Me mentalice para entender que
soy talentosa, que hay muchas cosas que se me dan bien…
Comenzar de nuevo fue una gran
decisión y borrar los errores del pasado una gran elección. Por fin puedo
mirarme al espejo y aceptarme tal cual soy, ya no tengo miedo de decir lo que
pienso, por fin me he atrevido a pedirme perdón…
Ya no soy la misma, ahora soy una
versión mejor, soy esa que tiene ganas de comerse al mundo, la que elige
ser feliz, la que sonríe por tener la conciencia limpia y por ser libre de
corazón.
No ha sido fácil, pero por fin
estoy en paz conmigo misma, por fin he aprendido a ser feliz con lo que
tengo y con lo que soy.
© Yngrid
Caracas, Marzo 12 de 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario