(Es el único día en que me siento triste, y sí, pongo arbolito y luces y adornos)
A estas alturas, lo único que trae diciembre es un silencio más profundo a mi hogar.
No tuve hijos, y mi poca familia se olvidó de mi cumpleaños, de las llamadas y, por supuesto, de estas fiestas. Cada nochebuena, miro por la ventana cómo los vecinos ríen y comparten momentos que ya no me pertenecen.
Las gaitas (música tradicional navideña en Venezuela), resuenan en las calles, pero aquí, en mi sala, todo está en calma, demasiado en calma.
No me gusta la Navidad porque he visto cómo la gente se llena de regalos efímeros mientras aumenta la carga de deudas y problemas. Si no entiendes el por qué a algunas personas no le gusta la navidad, siéntate y conversa con el joven que se fue a estudiar al extranjero lejos de su familia y no puede viajar para las fiestas. Los padres que perdieron a su hijo. Los hijos que perdieron a sus padres. Con el “viejo” que está solo y su única compañía es el televisor o un radio. Con la anciana que vive en un asilo y sus familiares no la visitan y una larga lista de más ejemplos.
No, la navidad no es la mejor época del año para muchos, aunque quisiéramos…
Más luces, más adornos, más envolturas, pero menos corazón. Esos destellos encandilan los ojos, pero no alivian la soledad. Son muchas las personas que enfrentan diferentes situaciones que han descompensado su salud mental y estas fechas de fiestas lo que logran es exacerbar esos síntomas de desasosiego, incertidumbre, tristeza, soledad o los síntomas de la depresión. Que luchan por salir adelante, pero la tristeza los agarra y los echa hacia atrás.
Cada situación es diferente o individual e igual la manera de sobrellevarlo. En vez de JUZGAR a aquel que no pone luces o el arbolito, mejor pregúntate que puedes hacer o decir para animarlo, de seguro será el mejor regalo que puedas hacer y sin saberlo puede que hasta salves una vida.
A mí, lo único que de verdad me hace compañía es mi gata, que jamás me ha abandonado. Ella también sufre con los ruidos de fuegos artificiales y música estridente.
No me gusta la Navidad porque me recuerda que ya casi nadie cruza mi puerta. El tiempo pasa y las visitas se desvanecen, como si mi existencia fuese un fantasma que pocos quieren mirar. Sin embargo, cada año, en medio de la nostalgia, acaricio la esperanza de que alguien toque a mi puerta con una sonrisa sincera. Hasta entonces, me quedaré observando, con mi gata fiel a mi lado, esperando que algún día esta fecha deje de pesar tanto y vuelva a ser un momento de amor verdadero, y no solo un espectáculo de luces vacías!
Cada situación es diferente o individual e igual la manera de sobrellevarlo.
En esta época de navidad, que lo más que brille no sean las luces, sino la humanidad y que el mejor regalo que le hagamos al niñito Jesús en su cumpleaños sea la hermandad, compasión, empatía, paz, abrazos y muchas risas.
Estés donde estés, espero que estés bien.
Caracas, Diciembre 24 de 2024