mayo 25, 2009

Consumación

Tus brazos, como pájaros nocturnos, acuden donde mi alma golpea suavemente

A mi lado, como un piano susurra tu voz,

sencilla como el mar cuando está solo y organiza naufragios de peces para la próxima estación de agua

Luego, mi amor...

bajo tu voz resbala mi sexo como el mundo diluvia,
y me estallan en el pecho palomas y desnudos y fuego...

Y ya dentro de ti no puedo encontrarme, cayendo en el camino de mi cuerpo
con tierna vocación, con derrumbado aliento
tu me conduces a tu cuerpo,

y llego,
y extiendo el vientre y su humedad,
donde crecen pesebres y azucenas dolientes y transitivas



© Yngrid

1 comentario:

Anónimo dijo...

GENIAL
AEI ZEN